De criticón a criticado: Columna de Entrelienas

EL GOBERNADOR JAVIER Corral terminó siendo peor a todas luces que todos sus antecesores juntos. Prometió colegiaturas gratis y no cumplió. Prometió bajar el costo del transporte público y lo subió. Prometió un Chihuahua prospero y sin violencia y los resultados son contrarios. Criticó las bursatilizaciones y prestamos bancarios y no ha hecho otra cosa que no sea precisamente lo que criticaba. Ahora, después de muchos razonamientos financieros, decidió comprarle mayor plazo a la deuda de Chihuahua para tener, dijo él, margen de maniobra para invertir en obra pública.

Es decir, después de dos años al frente del Ejecutivo, el ex senador se dio cuenta que tenía que comprar mayor plazo bancario y la única forma es con la restructuración de la deuda estatal. Y como ya estaría entrado y en la barra, pedirá 500 millones de pesos más de préstamo para poder cerrar el ejercicio fiscal 2018. Vaya, todo lo que él criticó en su momento hoy lo ejecuta en su administración pública. Ello, sin tomar en cuenta los millones de pesos en subejercicio que ha sumado Corral en sus dos años como mandón de Chihuahua.

Bien dijo un reconocido ex gobernador: “No es lo mismo ser borracho que cantinero”, pues era tan fácil criticar en el pasado y años después se justifica diciendo que la restructura bancaria que ejecutó no sirvió y tiene que volverla a hacer, con los costos naturales que ello implique. Un entre porcentual y después mayor pago de intereses porque los plazos serán más amplios. La única esperanza es aguardar las formas del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien es el único que puede salvar a Chihuahua de la catástrofe financiera en la que está hundida, aunque nos dicen los malosos que la ventanilla de la Secretaría de Hacienda estará cerrada los primeros meses.